Las calles seguras

Automovilista, las calles seguras también son para ti

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En la Ciudad de México (contexto inmediato que conozco) han muerto 108 personas en vehículos motorizados en estos casi 7 meses que van del 2021, de acuerdo con el conteo #MuerteVialCDMX que encabeza @peatondelsur en Twitter.

Una centena de personas que al ir en un automóvil o motocicleta perdieron la vida en un, llámale como quieras, hecho de tránsito, accidente, incidente.

Cien historias que se acabaron en un parpadeo y de las que nadie habla, de las que los medios suelen cubrir cuando hay sangre y destrucción suficientes como para vender una imagen morbosa y nada informativa.

O peor aún, cuando la afectación al tránsito es tal que se considera fundamental informar que hay cierres por un accidente.

El activismo ciclista ha logrado darle visibilidad a las víctimas directas e indirectas de hechos de tránsito mortales, pero no sabemos nada de las familias, del proceso judicial, de si requieren apoyo, de la decisión de las aseguradoras, la fiscalía, la policía, y todas las personas involucradas. El dolor está completamente invisibilizado, ¿por qué?

La muerte en la ciudad está tan normalizada que nadie se “asusta” de morir en un automóvil. Y lo más fácil: la culpa siempre es y será del “imprudente conductor”.

Pidamos calles más seguras

¿Qué impide que exista una exigencia colectiva generalizada por calles más seguras? ¿Por qué las personas que conducen un vehículo motorizado no exigen al gobierno políticas públicas, legislaciones, infraestructura y cumplimiento de leyes y reglamentos para hacerles más seguros sus traslados por esta ciudad?

¿De verdad preferirán la falsa percepción de rapidez a calles donde un imprudente no los mate?

¿De verdad preferirán la falsa libertad de manejar en estado de ebriedad a llegar seguras y seguros a sus casas?

Nos urge entender, como sociedad, que la inseguridad vial nos afecta a todas las personas. Que el grito de “ni una muerte vial más” adoptado por colectivos ciclistas también incluye a personas a pie y, sobre todo (por los datos), a personas en auto y moto.

A las personas que se mueven en auto:

Puedes pensar que la inseguridad y violencia vial no es tu problema pues tú conduces con mucha precaución, aunque la posibilidad de que algún imprudente te mate siga latente.

Puedes pensar que sí es tu problema, pero como ni tú ni ninguna persona cercana a ti ha sido víctima de un hecho de tránsito, no hay nada por hacer.

O puedes decidir tomar acción para que el gobierno priorice tu vida sobre tu prisa.

Aunque no te conozca, te prefiero viva a un número más en la estadística o una contraportada en El Gráfico, o un tuit mencionando el congestionamiento vial ocasionado por un accidente de tránsito.

Ari Santillán

Periodista y activista por la movilidad urbana sostenible.