En Gijón, España, se plantean que ciclistas no deben encerrarse en una ciclovía; por el contrario, deberán ejercer su derecho a transitar por la calle con el respeto de los demás usuarios de la vía.
El director de la Oficina de Movilidad del Ayuntamiento ha señalado que «no se pueden tener carriles para la bici por toda la ciudad», tildando esa misión como algo inviable.
Como se puede leer en la nota publicada en El Comercio, la situación en Gijón es peculiar si comparamos con la CDMX.
En su Programa de Movilidad vienen contempladas ciclovías que van sobre las banquetas y otras que van en «contraflujo».
Las ciclovías en contraflujo son muy útiles siempre y cuando las velocidades de los automóviles estén controladas. Es una práctica muy común y eficiente en países europeos.
Ciclovías no deben ser necesarias
Si echamos un ojo a la historia de las ciudades, podremos encontrar que hasta antes de 1900 en las calles transitaban peatones y ciclistas sin necesidad de banquetas o ciclovías.
Con la llegada del automóvil, usado por una minoría, como hasta ahora, los peatones fueron replegados a las orillas de la calle: la banqueta, y en países como Holanda comenzaron a crear los primeros carriles para bicicletas.
Al poco tiempo se dieron cuenta que crear ciclovías era negarle a ciclistas el derecho a transitar por las calles, que fueron entregadas por completo a los automóviles.
A partir de 1970 grupos activistas comenzaron a defender el derecho de transitar por las calles y no quedar restringidos a un carril de menos de dos metros de ancho para circular en la bici.
La tendencia es que las bicicletas vuelvan a usar la calle como un vehículo más.
[…] en otras partes del mundo se está propiciando que las bicis no tengan que ir siempre en una ciclovía, él iniciará un operativo para decomisar la bicicleta a quien se salga de […]