Las protestas por mejorar la seguridad vial en la CDMX han subido de tono en la última semana. El gobierno respondió con un plan de fortalecimiento interinstitucional, que no convenció a activistas de la bicicleta: ni a institucionales ni a radicales.
El miércoles pasado, por la mañana, un grupo de ciclistas, encabezados por el movimiento Justicia Para Todxs, se presentó en la puerta del Palacio de Gobierno para exigir a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum que no haya ni una muerte más por hechos de tránsito.
Ahí los contuvo un grupo de policías con escudo y casco. Quedaron algunas pintas en el recién pintado «Zócalo peatonal».
Luego hubo un conato de pelea a golpes entre miembros del colectivo y personas vestidas de civil en la calle Madero, del Centro Histórico, a unas cuadras del Palacio.
Esta manifestación ha sido la más reciente de una serie de 17 marchas y bloqueos viales desde hace más de un mes, cuando fuera atropellado el repartidor Mario Trejo, quien perdió la pierna por una respuesta de emergencia fallida.
A las marchas ha convocado principalmente el colectivo de repartidores de aplicaciones Ni un repartidor menos, parte del denominado movimiento Justicia para Todxs.
Un par de días antes el mismo grupo fue a las oficinas de la Secretaría de Movilidad (Semovi-CDMX) donde rompieron los vidrios.
La secretaría de Movilidad, es el centro de estas quejas, aunque no todas las soluciones a las demandas por la inseguridad vial, corresponde responderlas a esta oficina.
Aun así, la Semovi se encuentra en el ojo del huracán, con cifras en ascenso de peatones y ciclistas accidentados y muertos.
Al respecto, el activismo en la CDMX se ha marcado en dos grupos: quienes piden entablar mesas de diálogo y de trabajo, como la Alcaldía de la Bicicleta encabezada por Areli Carreón, y quienes hacen bloqueos, pintas y prenden círculos de fuego en las calles.
La primera vía se ha ido tejiendo desde al menos dos décadas de trabajo, con marchas y protestas en las calles incluidas. La segunda, se ha eregido en los últimos dos meses con un discurso de confrontación.
¿A cuál le hará caso la Semovi para cumplir con las exigencias que tanto uno como otro grupo piden sean resueltas?
Lo que exigen activistas para mejorar la seguridad vial en la CDMX
El ala más radical de ciclistas que protesta por mejorar la seguridad vial entregó esta semana al titular de la Semovi Andrés Lajous una petición de tres puntos a cumplir.
El primero es el regreso de las fotomultas que desde esta administración fueron sustituidas parcialmente por fotocívicas.
Dicho sistema opta porque algunas infracciones no ameriten una sanción económica, sino cursos en línea, presenciales o trabajo comunitario.
Exceder el límite de velocidad es una de esas infracciones que sólo amerita una fotocívica.
Como segundo punto piden la renuncia de tres servidoras públicas de la Semovi, entre ellas Mayra Cabrera, diseñadora de la estrategia de fotocívicas.
El tercer punto es la reducción de la velocidad máxima en las avenidas primarias: de 80 a 50 km/h.
Por su parte, el ala que podría llamarse más institucional, pide el cumplimiento de la Ley de Movilidad de la CDMX que dicta la creación de un consejo ciudadano que trabaje de la mano de la Semovi.
Y coinciden en regresar el sistema de fotomultas para todo tipo de infracción. Sobre todo el de excesos de velocidad.
Qué ofrece la Semovi CDMX
Como respuesta ante las protestas realizadas a las puertas de la oficina de la Secretaría de Movilidad y los bloqueos a las vialidades (incluidos carriles de Metrobús) esta dependencia publicó un plan de fortalecimiento para cuidar la seguridad de ciclistas.
El «fortalecimiento» que compartieron en un comunicado dice:
Se trabaja en fortalecimiento de sanciones en el Código Penal; se reformará el Reglamento de Tránsito para eliminar la posibilidad de retirar el vehículo detenido en programa Conduce sin Alcohol y entregarlo cuando se haya cumplido el arresto, así como el traslado a depósito de aquellos vehículos con reincidencia; también, a la Ley de Movilidad para especificar que las pólizas de transporte sean de instituciones de seguros validadas por la CNSF
SEMOVI-CDMX
La respuesta por parte de la comunidad ciclista es que estas no son medidas preventivas sino reactivas. O sea, que sólo servirían una vez ocurrido el hecho de tránsito.
Por ello la presión sigue creciendo, como nos lo contó Fernando García «Ferfis», ciclista que ha participado en todas las marchas desde el ala más radical.
Por las buenas no ha sido suficiente
«Han pasado más de dos décadas que se ha tratado de poner, por las buenas, con calma, con esa voz tranquilizadora, mediadora el tema de seguridad vial.
«Después de más de dos décadas, mi opinión es que se ha logrado demasiado poco por tantos esfuerzos y desgaste que han tenido», compartió en entrevista para CLETOFILIA.
En las calles se han dado cita diversos grupos, que ni necesariamente se conocen entre ellos, pero todas por la misma causa, «el miedo a morir atropellado o en el mejor de los casos lesionado», continúa.
«No puedo decir que es más efectivo o no, no puedo asegurar que son mejores formas o no.
«Pero querer repetir la misma fórmula y las mismas estrategias que se han realizado durante tantos años y que los resultados no han sido de la misma forma que el desgaste realizado, eso ha llevado a buscar nuevas maneras».
Cada día las protestas se hacen más radicales, con acercamientos a la violencia. Y casi todos los días hay muertes por hechos de tránsito. Todos los casos, prevenibles.
Los tres puntos que plantean podrían ser resueltos. Pero no sabemos o no se ha querido comunicar cuáles son las razones para no hacerlo.
¿Abrirá el gobierno de la CDMX el diálogo con activistas que buscan las mesas de trabajo y la creación del consejo ciudadano o nos mostrarán que el camino definitivo para comunicarnos es la protesta radical más cercana a la violencia?
[…] después de muchas protestas en las que ya había habido confrontaciones y acciones violentas, oficiales de Tránsito se […]