Golpean a ciclistas que exigían seguridad vial en Puebla

Puebla le da un puñetazo a la seguridad vial

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Exigir que la ciudad se rediseñe a favor de la seguridad y no de la velocidad supone un acto de rebeldía, y en ocasiones, de riesgo para la integridad de quien lo haga. 

Es irónico que un espacio creado por seres humanos para su propio hábitat no esté pensado en su confort y seguridad. 

Todo lo contrario, las ciudades se han desarrollado como un instrumento para que sus habitantes remen a contracorriente y deban pagar altos costos por casi todo: moverse, curarse, recrearse o tener una vivienda. 

Se suele decir que “la ciudad es el mayor invento del hombre”, pero esta idea se cae a pedazos desde hace un siglo cuando comenzó a ponerse al servicio de la generación de capital y no del bienestar humano, aunque lo segundo no debería estar peleado con lo primero. 

Con la llegada del automóvil, un producto que ofrecía transportarte sin esfuerzo, se tuvo que reinventar el concepto de ciudad. Había que hacerla cada vez más extensa para que comprar un carro tuviera sentido, a tal punto de convertirse en una necesidad.

Las personas fueron replegadas a una franja que dejara libre el paso al automóvil, cada año más pesado y más veloz, porque los peatones estorbaban su “libre tránsito”.

En la actualidad son muy pocas las alcaldías o gubernaturas que prioricen la movilidad sostenible (que por definición también debe ser segura), pero cada vez hay más voces que se alzan para que el rumbo de las ciudades gire hacia espacios donde transitar no sea un acto de alto riesgo.

En Puebla el automóvil es primero

La semana pasada, en la ciudad de Puebla, ciclistas del colectivo Masa Crítica redujeron por unos minutos la circulación de la Vía Atlixcáyotl de cinco a un solo carril, esto les costó ser objeto de un ataque a golpes por parte de un grupo de personas vestidas de civiles que llegó escoltado por la Policía Estatal.

El bloqueo parcial de la Vía Atlixcáyotl ocurrió como protesta hacia las autoridades estatales que durante meses ignoraron las peticiones de grupos ciclistas y activistas por la seguridad vial de tomar en cuenta a peatones, usuarios de la bici y usuarios del transporte público en su propuesta de rediseño vial. 

La propuesta del gobierno del Estado para “agilizar” el tránsito vehicular fue anunciada el 11 octubre de 2023 y contemplaba hacer un piloto en el que estuvieran bloqueadas las vueltas hacia la izquierda.

En el boletín oficial se resaltaba que no se eliminarían los pasos peatonales y que por el contrario, se aumentaría la duración de los semáforos para que “las personas puedan circular con mayor seguridad”. 

Pero en los hechos no fue así, como lo narró Armando Pliego Ishikawa, miembro del colectivo Ciudad Activa y de la coalición Movilidad Segura, en un resumen de los hechos que compartió en X (antes Twitter): 

“Lo que no anunció el Gobierno de Puebla es que cancelarían paradas de transporte público y pasos peatonales”.

El 23 de octubre, cuando comenzó a ejecutarse el “estudio”, los usuarios del transporte público se encontraron con oficiales de tránsito avisándoles que se impediría que los autobuses recogieran a las personas en la parada frente al Complejo Cultural Universitario (CCU).

Paradero frente al CCU que fue retirado para “agilizar el tránsito vehicular”.

Los peatones tendrían que esperar al camión frente a la “Prepa Tec” que se encuentra a unos 300 metros de distancia, esto, para agilizar la movilidad de los que viajan en carro particular. 

El mismo Armando Pliego ofreció una entrevista en el noticiero de Milenio TV que conduce el periodista Héctor Zamarrón para explicar que estas decisiones del gobierno estatal encabezado por Sergio Salomón Céspedes (MORENA) contravenían la Ley General (y del Estado de Puebla) de Movilidad y Seguridad Vial. 

Y fue muy enfático en los riesgos que supondrían esas modificaciones para la vida de peatones, ciclistas y usuarios del transporte público. 

Sin embargo las autoridades estatales hicieron caso omiso, hasta que el 9 de febrero una mujer que intentaba cruzar desde el CCU hacia el otro lado de la vía fue atropellada. 

Las acciones que se hubieran esperado del gobernador y su equipo de Movilidad y Transporte para mejorar la seguridad vial, nunca llegaron, lo que sí hubo fue el despliegue de un grupo de personas vestidas de civiles y escoltadas por una camioneta de la Policía Estatal que retiraron a golpes a los ciclistas que protestaban.

Al mismo tiempo que propinaban puñetazos y patadas a los activistas agrupados bajo el nombre “Masa Crítica”, elementos de la Policía Estatal no hicieron nada más que observar.

Cuando los ciclistas se retiraron, los oficiales comenzaron a abrir paso a los automovilistas.

Hay pocas acciones que se conozcan en México donde gobernadores o alcaldes ejecuten planes consistentes para cambiar la movilidad a un sistema donde la velocidad y el abuso del automóvil no sean los ejes rectores. 

Puebla no ha sido excepción. En la capital del estado se ha eliminado un sistema de bicicletas compartidas, se han ampliado vialidades hasta puntos ridículos como los tramos de la misma Vía Atlixcáyotl que cuenta con seis carriles y ni uno solo confinado al transporte público. 

Aunque ha tenido avances en la creación de ciclovías, como los esfuerzos que hizo durante Pandemia, queda lejos de ser un referente en movilidad.

Y a su mala gestión de la movilidad, ahora se suma la represión de grupos que exigen una mejor forma de transitar por la calle.

La evidencia alrededor del mundo ha demostrado que los planes de movilidad más exitosos como en Liubliana, Eslovenia; París, Francia; Pontevedra, España e incluso el recién ejecutado en San Pedro Garza García, Nuevo León se basan en ¡desincentivar el uso del automóvil!

Es vergonzoso que la capital poblana no pueda ser un ejemplo de vanguardia en la movilidad y seguridad vial, aun contando con una sociedad civil organizada y profesional en el tema.