Este texto es una «nota ficción». Espero no esperar mucho tiempo a que sea realidad.
Tras el desabasto de combustible provocado por el robo sistemático de gasolina en el país, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador dio esta mañana en su rueda de prensa matutina, los detalles de la nueva Estrategia de Austeridad Energética.
La sala de prensa abrió sus puertas para dejar entrar a periodistas que cada mañana llegan a Palacio Nacional en un ritual parroquiano para cuestionar y escuchar al Presidente.
Esta mañana, no esperaban regresar con tan «buena nota» entre los dedos.
«Estimados profesionales de la información. Como cada mañana vengo a informarle a los ciudadanos a través de ustedes», dijo Andrés Manuel, y luego de una larga y característica pausa, continuó.
«México necesita cambiar de carril en el consumo de energía. Los ladrones no roban cosas sin valor. Van por lo que más vale y por eso nos pegan donde más nos duele. Pero les vamos a ganar», expresó con sonrisa retadora.
«El neoliberalismo nos ha vendido la idea de que… de que tenemos que pagar por todo, ¡por respirar, por movernos!
«Han sido muy inteligentes. Saben cómo mentirle al pueblo. Nos han mentido de que para vivir bien necesitamos gigantescas casas… Ya ven, casas blancas donde bien podrían vivir cinco familias y sólo vive una.
«Y por otro lado han mandado a los más desfavorecidos, a los pobres, a las periferias más lejanas, para no convivir con ellos, aunque cada mañana los necesiten para limpiar sus casas». Esta vez la pausa estuvo acompañada de un movimiento de cabeza, como si se dijera a sí mismo que iba bien en su discurso.
La prensa sostenía los tripiés con teléfonos inteligentes. El número de views se iba sumando en los streamings.
«Muy típico de mis adversarios; que no mis enemigos, los respeto. Pero esos, los que ahora se rasgan las vestiduras por el desabasto de gasolina, ahora dicen que estamos afectando la economía.
«Yo les pregunto, ¿la economía de quienes? Sólo el 20 por ciento de los mexicanos se mueve automóviles, y lo hacen porque también han sido víctimas del engaño del neoliberalismo, han creído que para vivir con clase deben vivir alejados de sus centros de trabajo.
«Cayeron en la trampa de las inmobiliarias que compran terrenos baratos para vender casas que dicen, son de lujo. Lujo, les digo, es poder caminar al trabajo. Ese es lujo. Poder regresar a pie a la hora de la comida y ver a sus familias, a sus hijos.
«Lujo no es comprarse un carro para poder moverse. El consumo de energía: gasolina, electricidad, todo tipo de energía, ha sido antidemocrático, ventajoso y tramposo.
«Pero ya no vamos a seguirles el juego».
Detrás de él, con las manos cruzadas al frente, mirada estática hacia el infinito, sin parpadear, lo escoltaba Roman Meyer, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Parecía que intentaba controlar las pulsaciones con alguna técnica de respiración.
El presidente continuó.
«Para atacar de manera integral el problema de la gasolina. El cochinero que nos dejaron, vamos a reconstruir, a reinventar la forma de nuestras ciudades, y por lo tanto de nuestras vidas. Serán ciudades democráticas, calles para todos, y para todas.
«Pondremos en marcha una estrategia de austeridad energética. Escúchenme bien, no se trata de racionalizar la gasolina, como seguramente van a querer decir los medios fifís. ¡No! No se trata de eso.
«Se trata de mover a las personas, de construir vivienda cerca de sus lugares de trabajo. De devolver el valor que se merece la bicicleta, de propiciar que la energía que se use, sea la de uno mismo.
«Fíjense bien. Porque estos, los que nos han manipulado, nos han vendido la idea de que para llegar a trabajar en sus empresas, debemos pagar. Y hay que pagar a otras de sus empresas, o sea, que una familia termina gastando más de la mitad de su salario sólo en llegar a trabajar. Eso sí es afectar la economía de los mexicanos. De la clase trabajadora.
«¡50 por ciento de sus ingresos los gastan en transporte público de mala calidad. Transporte peligroso, donde los asaltan, las violan. Pero eso no les ha importado a mis adversarios.
“Ahí están las llamadas micro viviendas periféricas de Fox, que mandó a las familias a lo más lejano.
«¿En qué resultó esto? En que… en que aumentó 158 por ciento el parque vehicular. Porque no se crean, lo tienen bien planeado. Los mandan a vivir lejos, desatienden el transporte público ¿para qué? Para luego venderles coches que van a tardar años en pagar, años».
Los reporteros tenían las libretas descansando en sus piernas. Se veían incrédulos entre ellos. Murmuraban, asentían.
«O díganme, ¿cuántos de ustedes van a viajar más de una hora para llegar a sus casas esta noche?».
«La austeridad energética consiste en que el uso de combustibles sea empleado en lo que realmente se necesite. En transportar alimentos, mercancías, y en los casos más necesarios, al desplazamiento de las personas: al transporte público.
«Aquí, junto a mi, está Román, Román Meyer, quien, junto con su equipo han diseñado esta estrategia para que cambiemos el paradigma de las ciudades mexicanas.
«Les voy a dar el resumen. Comenzaremos por rescatar los centros de las 10 zonas metropolitanas más pobladas del país. O sea, donde se concentra la mayor cantidad de gente que se desplaza para ir a trabajar.
«Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla-Tlaxcala, Toluca, Tijuana, León, Juárez-El Paso, La Laguna y Querétaro.
«Nos acercaremos a los desarrolladores que quieran invertir en zonas céntricas, ofreciéndoles incentivos para ello. Hablaremos con los gobiernos municipales, respetando su autonomía, para que a su vez otorguen los apoyos que se requieran para el desarrollo de vivienda en los centros urbanos.
«Tomaremos en cuenta a la bicicleta como una fuerza para el traslado de personas. Que sea masiva. Brindaremos subsidio a los gobiernos locales que diseñen las calles para que de forma segura, la gente pueda circular en bici y no gaste en combustible.
“¡La bici será el vehículo del pueblo!”
Del fondo de la sala, se escucha un aplauso. Sólo uno. Una fotógrafa ha olvidado por un segundo que está en horas laborales, retratando la historia, se dejó ir por las emociones. Recapacita y vuelve a colocar el ojo en el visor.
Andrés Manuel sonríe, sabe que está dando la nota. Continúa.
“Me han dejado de preguntar por el aeropuerto. Les voy a dar de qué hablar, nuevamente. El Aeropuerto de Santa Lucía, será el primer proyecto en recibir recursos federales para que esté conectado con transporte público para llegar a él.
“No es posible que, para llegar a usar un avión, que fíjense bien, es el vehículo más contaminante que existe, todavía se tenga que llegar en coche. Y también a todos los que lleguen a él, también podrán usar transporte público para llegar a la zona céntrica de la Ciudad.
“Y ya, para ir terminando y dar paso a sus preguntas. Por medio de un decreto, pediré a la SCT y a gobiernos locales que no se construyan más distribuidores viales ni segundos pisos dentro de las ciudades.
“Porque me he informado. Estoy bien asesorado. Y ahora sé, que esos proyectos, además de ser caldo de cultivo para el desvío de recursos, han condenado a las ciudades mexicanas al desperdicio de combustible y a la dependencia del automóvil”.
Los reporteros comenzaron a arrastrar el lápiz sobre sus libretas. ¿En contra de los segundos pisos? ¿Pero cuando fue jefe de gobierno..? Se acumuló un bullicio.
“Ya para terminar, porque sé que ustedes tienen muchas cosas qué hacer hoy. Ya estoy hablando con los transportistas. Vamos a trabajar coordinados. Desde el gobierno federal, lo que nos concierne es afinar los mecanismos para que el Programa de Transporte Masivo funcione de una vez por todas. Porque existe, pero lo han dejado en el olvido. Y nosotros no vamos a olvidar a los transportistas.
“Miren, yo no me olvido. El primero de diciembre, cuando iba rumbo a Palacio Nacional, una ciclista se me acercó al coche donde iba. Se acercó y me dijo: usted no nos puede fallar. Y se los repito, ¡no les voy a fallar!
Una ola de brazos se levantó, los reporteros comenzaron a preguntar por los ductos de gasolina…