propuestas presidenciables en movilidad

Qué proponen los presidenciables en materia de movilidad

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No se ustedes pero yo siento estar atrapada en un bucle del tiempo desde que comenzaron las precampañas. 

Texto: Mariana Orozco Camacho

Casi como un “Déjà vu” hemos observado a quienes hoy aspiran al poder recurrir a costosas campañas de comunicación y actos planeados meticulosamente por asesoras y consejeros, con los que nos prometen que, “ahora si”, van a resolver los múltiples problemas públicos que padece la sociedad mexicana.

Y entre esos problemas, está el constante y cada vez mayor conflicto por el uso del espacio público destinado para la movilidad urbana. 

Si, ese que nos tiene a los ciudadanos buscando la supervivencia cada que salimos a transitar por las calles de cualquier ciudad mexicana, ya que ninguna “autoridad” (me incluyó) ha sabido establecer reglas claras para que cualquier persona, independientemente del modo que elija, pueda transportarse en la ciudad de una manera eficiente y segura . 

La sociedad mexicana está cansada de trasladarse por las calles a la defensiva, pero también lo está de presenciar en infinidad de ocasiones algo que aborrece. 

Tráfico en la ciudad de Oaxaca. (Foto: Flickr Creative Commons)

Con pereza y desesperanza observa a precandidatos de las distintas plataformas políticas tomarse “selfies” y realizar “transmisiones en vivo” al pedalear por la ciudad, usar el transporte público o hablar de la congestión vial desde el auto.  

Les han dicho que en la competencia electoral, lo importante es subirse a la ola y aprovechar que el tema está en la agenda pública para “capitalizarlo” y posicionar sus nombres en la larga ruta rumbo a las elecciones.  

Para quienes suelen transportarse en un auto blindado, polarizado, con chofer, o en helicóptero (sin prestar atención a su entorno), hoy en día es políticamente incorrecto no decir que están preocupados por la seguridad y comodidad de peatones, ciclistas, usuarios de transporte público y de conductores de motos y coches; lo de menos es entender el problema o tener una propuesta realista y asequible.  

Pero ¿En realidad saben lo que están prometiendo esas y esos suspirantes de imagen impecable?  

¿Sus asesores también les dicen cómo  van a implementar calles y transporte público de calidad, así como un desarrollo urbano que propicie menos viajes y menos tiempo de nuestras vidas en el tránsito del día a día? 

¿Cuál es su visión de las grandes agendas nacionales, por ejemplo en la de infraestructura, la urbana, la de cambio climático y la de seguridad? 

¿Están convencidos de las recomendaciones técnicas en movilidad como para tener la enorme voluntad política que se requiere para implementarlas? 

Al respecto, al menos las tres plataformas partidistas señaladas como punteras en las preferencias del electorado mexicano, incluyen propuestas para abordar “el problema” de la movilidad urbana en sus programas de gobierno a nivel nacional. 

Alianza PRI-PVEM-PANAL

La plataforma del actual partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PMVEM) y Nueva Alianza (NA), no especifica si tiene una estrategia preparada para asignar (de una vez por todas) presupuesto federal a la materia de movilidad urbana, o si se alojará en una dependencia con capacidades suficientes para lograr la coordinación con gobiernos locales y con otras dependencias federales para implementar proyectos exitosos. 

La coalición PRI-PVEM-NA deja ver que tiene claro que la agenda urbana requiere de gigantescos esfuerzos para lograr el consenso y la coordinación de los diferentes sectores y órdenes de gobierno involucrados, así como para armonizar las necesidades de vivienda y movilidad. 

Sin embargo, no es posible identificar que hará, y que no ha hecho durante este sexenio, para cambiar la lógica económica del sector inmobiliario, transportista y el de la construcción, así como  la del ciudadano, para que este procure otro estilo de vida urbano; en términos de estatus social. 

Esta plataforma se distingue por hablar de los compromisos internacionales que ha asumido México en materia de urbana y el gran reto presupuestal que tiene el país para financiar los proyectos necesarios para cumplirlos. 

Por ejemplo, es la única que habla de agendas como los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París. 

Sin embargo, no queda claro qué haría la plataforma liderada por el PRI para modificar el alcance actual de sus políticas para hacerlo coherente a las ambiciosas metas internacionales que alude.

Coalición Ciudadanos al Frente

Por otro lado, si analizamos la propuesta de la “Coalición Ciudadanos al Frente” conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), podremos identificar una visión de la movilidad centrada en la provisión de infraestructura para el Transporte Público.  

Esta es una materia conocida para la plataforma del PAN, que en 2008 impulsó precisamente la actual política nacional de transporte masivo, sin embargo, en su propuesta no menciona qué haría para fortalecer el Programa de Apoyo al Transporte Masivo (PROTRAM). 

A 10 años de su creación, el PROTRAM requiere de grandes transformaciones para ampliar su cobertura y alcance, más allá de las zonas metropolitanas y bajo una visión integral. 

Sin embargo la coalición PAN-PRD-MC no nos habla de cómo impulsará consensos normativos y sociales que logren transformar al “hombre-camión” sin dejarlo fuera y ofrecer un servicio público, en donde al menos, el usuario regrese a casa con integridad física y con todas sus pertenencias y, en el ideal, que sus viajes sean de calidad de puerta a puerta.

El PRD en Ciudad de México ha impulsado proyectos complejos como el Metrobús, por lo que sabe que es necesaria la implementación de modelos financieros que aseguren la sostenibilidad de los proyectos y de esa manera evitar rescates por parte del gobierno.  

Por su parte Movimiento Ciudadano en Guadalajara sabe que para incentivar el cambio modal se requiere implementar “más que BRTs”. 

Es decir, sabe que los Sistemas Integrados de Transporte son multimodales y para que funcionen se debe de meter en el modelo a la infraestructura peatonal, ciclista, de espacio público; así como el desarrollo de vivienda en los alrededores de los corredores. 

Sin embargo en la propuesta de gobierno de esta coalición no es posible identificar acciones para ir más allá de la dependencia del PROTRAM, al ya comprometido Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN), o de lograr evaluaciones integrales y superar las inservibles reuniones de un “Grupo de Trabajo” que no cuenta con método ni indicadores, pero sigue impulsando proyectos por sólo tener un Análisis Costo Beneficio que no toma en cuenta la complejidad urbana y social para implementarlos.

Sobre la agenda de infraestructura, la propuesta de esta coalición parece indicar que en caso de llegar a la presidencia, se enfocaría en conservar la actual ingeniería institucional y en dar continuidad a los grandes proyectos de infraestructura que se enmarcan bajo un enfoque carretero, marítimo, logístico y férreo. 

Sin embargo no menciona cómo revertir la tendencia a financiar la construcción y mantenimiento de infraestructura vial urbana que lejos de reducir el uso del auto lo incentiva, o para redistribuir los recursos para incentivar el uso de modos urbanos más sostenibles y eficientar la carga urbana.

Se distingue de otras plataformas por hablar del espacio público, sin embargo se le coloca en la agenda de seguridad, como lo hicieron las dos administraciones panistas a nivel federal, es decir desde una perspectiva de desarrollo social y prevención de la violencia y no como un eje estratégico en la agenda urbana.  

Por otro lado, no es sencillo distinguir si sus propuestas para la materia de vivienda van más allá de las opciones que ya existen en el país  y en lo que respecta a la agenda de cambio climático es difícil identificar si esta se plantea más allá del alcance de proyectos coyunturales o si se concibe una conexión transversal con las demás agendas como lo marca la Ley General de Cambio Climático que tanto presumimos a nivel internacional. 

Alianza MORENA-PES-PT

Por último,  al analizar las propuestas de la coalición  del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Partido Encuentro Social (PES) y Partido del Trabajo (PT),  podemos observar que se le da a la movilidad urbana un enfoque hacia el incentivo del uso de vehículos  eléctricos, así como al uso de la bicicleta desde un planteamiento al que le llama “cultural”.  

Si bien el auto eléctrico y la bicicleta son componentes de una estrategia integral de movilidad urbana, estos deben ser planteados acompañados de otras acciones que tomen en cuenta la complejidad energética y urbana que existe en México. 

Con el uso del auto eléctrico se podría dejar de emitir gases que dañan la calidad del aire y contribuyen al cambio climático pero se seguirá ocasionando el congestionamiento de las vialidades urbanas con enormes pérdidas de tiempo, salud, felicidad, y un aumento de hechos de tránsito que está afectando gravemente la sostenibilidad y competitividad urbana; así como el bienestar social de sus habitantes.

Y aunque la coalición MORENA-PES-PT menciona que el objetivo es que las fuentes de energía para recargar dichos vehículos sea limpia, no nos explica cómo pretende impulsar una estrategia para acelerar la transición a  energías renovables; mientras de manera paralela va por impulsar la construcción de refinerías.

Aunque se menciona que el enfoque “cultural” para promover el uso de la bicicleta sería acompañado del desarrollo de infraestructura vial y normatividad a favor de sus usuarios, no deja claro cómo va a financiar e implementar los grandes proyectos viales, pero sobre todo cómo va a propiciar el desarrollo urbano mixto, consolidado, con múltiples opciones asequibles de vivienda en sus zonas económicamente activas y con espacios públicos de calidad. 

¡Sí, ese que requieren las diferentes regiones del país para que sus habitantes  decidan dejar el auto en casa y cambiarlo por la bicicleta para transportarse por la ciudad!

Al respecto llama la atención un proyecto de pavimentación en las cabeceras municipales de Oaxaca, ya que no se señala si el diseño vial beneficiaría a peatones, ciclistas y usuarios del transporte público, si sólo estará enfocado a la movilidad de vehículos motorizados, si vendrá acompañado de acciones para consolidar el desarrollo urbano de esas cabeceras municipales  y evitar su expansión; y lo más importante, ¿por qué sólo en Oaxaca, existiendo tantas ciudades emergentes que tuvieron un crecimiento poblacional por encima del promedio nacional?

La agenda urbana no ocupa gran espacio en la plataforma de esta coalición,  aunque se mencionan acciones para el fomento al financiamiento de opciones de vivienda, no es posible identificar si estas seguirán la tendencia actual que beneficia al sector inmobiliario que ha adquirido reservas en las periferias de las ciudades mexicanas para ofertar vivienda asequible, pero sin un entorno de calidad y alejadas de los centros urbanos en donde se encuentra la oferta laboral, educativa y recreativa. 

O si implementará mecanismos para activar un mercado secundario de vivienda para que las zonas céntricas y consolidadas incluyan y conserven la población de diversos poderes adquisitivos en  las diferentes ciudades del país. 

Lo mismo aplica para la agenda de infraestructura, en la que se señala el interés de detonar proyectos de gran impacto, mas no se describe si alguno de estos tienen algo que ver con implementar las autopistas urbanas elevadas que impulsó en Ciudad de México el precandidato de esta coalición y que tuvieron un impacto urbano negativo, yendo en contra de los planteamientos de la Nueva Agenda Urbana, y provocado más viajes ineficientes en las ciudad. 

Aún faltan algunos meses para que las elecciones presidenciales en México se lleven a cabo. 

Hay tiempo para que las distintas coaliciones puedan analizar la compleja realidad urbana  y dar resultados reales, más allá de la simulación.  No hay una fórmula única para movernos más eficientemente en las ciudades mexicanas, pero sin duda alguna será más fácil construirla en equipo. 

Yo les pido a precandidatos presidenciales, locales y (de paso) a cualquier actor que esté haciendo carrera política, que la próxima vez que alguien les diga que es una buena idea subirse al tema de “la movilidad urbana”, piensen si tendrán la voluntad política para bajarse del auto y superar la insuficiente e ineficiente implementación de acciones gubernamentales que ya se han diseñado e implementado desde los tres órdenes de gobierno, para resolver este problema público.

También tomen en cuenta que es  impostergable la generación de un consenso sobre las soluciones de movilidad urbana, ya que es un concepto que aún genera debate entre funcionarios públicos, sociedad civil, empresarios, ciudadanos y otros actores. 

La necesaria evolución de la política pública de movilidad urbana en México no debe quedarse en la mera definición de un concepto. 

Si realmente ambicionamos como país a movernos en modos alternativos al auto, tenemos que  sistematizar el conocimiento aprendido, para crear los instrumentos que faciliten la implementación de distintas soluciones que propicien que cualquier persona encuentre más eficiente, cómodo y seguro el realizar sus viajes a pie, en bicicleta o en transporte público.

Los altos costos sociales  que provocan la suma de una serie de políticas desarticuladas y mal planteadas, es insostenible. 

Tenemos seis años para, como sociedad, llevar a cabo una planeación integral de la movilidad en las ciudades o metrópolis mexicanas, plantear una política pública integral y dotarla de recursos suficientes para llevarse a cabo en los diferentes centros urbanos del país. 

O tomamos esa oportunidad y transformamos nuestras ciudades de una vez por todas, o nos vemos en seis años, atrapados de nueva cuenta en un bucle del tiempo.