Si te pregunto qué tan rápido es ir en tu carro a 30 km/h, seguro dirás que eso no es rápido. Pero si te pido que corras o incluso que pedalees tu bicicleta a 30 kilómetros por hora, te darías cuenta de lo rápido que tendrías que moverte para alcanzar esa velocidad.
Dudo que alguien que lea esto haya corrido a 30 km/h por más de 200 metros. Para tener una idea, Usaint Bolt llegó a los 30 km/h a los 25 metros de la carrera de 100 metros donde estableció el actual récord del mundo (Berlín 2009), y sostuvo una velocidad máxima histórica de 45 km/h durante un par de segundos pasando los 80 metros de carrera, para después bajar la velocidad.
En bicicleta, hace una semana el actual campeón del mundo en contrarreloj individual, el italiano Filippo Ganna, recorrió 8.1 kilómetros en un circuito cerrado al tránsito, con una bicicleta aerodinámica, en un promedio de 57.2 km/h para ganar la primera etapa del Giro de Italia 2021. ¡Voló!
¿Has ido a 57 km/h en tu carro? ¿Qué sientes? Seguramente que vas lento. Aunque realmente vas bastante rápido, lo suficiente como para poner en auténtico peligro a las personas que rebases, que vayan a pie o en bici. Pero la percepción de velocidad, dentro de un carro, se pierde por completo.
A más de 30 km por hora, la muerte es casi segura
La publicidad de los carros ha apostado de manera histórica a la emoción de la velocidad. El dato más repetido para demostrar «la potencia» de un auto es cuánto tiempo tarda en acelerar de 0 a 100 km/h. Los autos, en las ciudades, no deben ir rápido. De hecho, no deben pasar de los 30 km por hora en las zonas residenciales (donde hay casas y comercios).
Hoy comienza la Semana Mundial por la Seguridad Vial, decretada por la Organización de las Naciones Unidas, y la campaña se centra en una acción que está comprobadísimo que salva vidas: no rebasar los 30 km por hora en las calles locales.
La evidencia en diversas partes del mundo lo respaldan: en Tanzania, redujeron las velocidades máximas en 26 entornos escolares y las lesiones graves disminuyeron 26%.
En Toronto, Canadá, al reducir el límite de velocidad de 40 km/h a 30, el número de sinietros viales descendió 28%.
Decirlo no basta. Poner una señal de 30 km/h en la banqueta y una en el pavimiento, tampoco basta. Las calles se tienen que rediseñar para que la percepción de la velocidad sea real y no se rebasen los límites de velocidad indicados.
Incluir radares de velocidad y foto infracciones también está comprobado que funciona.
Y sobre todo, debemos hacer conciencia de que la velocidad mata. Para ser precisos, los hechos de tránsito le quitaron la vida a 1.3 millones de personas el año pasado, de las cuales el 80% fueron atropelladas mientras iban caminando o en bicicleta.
La semana mundial por la seguridad vial es un buen momento para hacer conciencia de que transitar a 30 km/h en las calles locales puede salvarnos la vida.
Exijamos a nuestras autoridades que se tomen las medidas necesarias, y mientras tanto, tú puedes comenzar por reducir la velocidad al manejar, recuerda que en realidad vas a una velocidad alta, pero aún manejable.