Nadjeli Babinet

Queremos poner un alto al acoso en el Metro: Nadjeli Babinet

Compartir

La politóloga internacionalista Nadjeli Babinet es la cabeza y el corazón detrás de la Estrategia de Género y Movilidad de la Secretaría de Movilidad de la CDMX.

Su cabellera ensortijada y una gran sonrisa delatan la satisfacción que siente de al fin atacar con evidencia científica la violencia sexual e inseguridad que sufren el 80 por ciento de las usuarias del transporte público en la Ciudad de México. 

Nunca había sido parte de ningún gobierno; había estado en ONG y la academia, pero siempre analizando las políticas públicas desde tres ejes: desarrollo participativo, seguridad ciudadana y violencias. 

Como usuaria del metro principalmente y luego de la bici, Babinet sabe de lo que habla cuando habla de acoso. 

Se considera una “sobreviviente” de la violencia en todos los modos de transporte y estaba suficientemente deprimida de la situación hasta que le propusieron hacer algo.

En la sede de la Agencia Digital de Información, ante la maqueta monumental de la CDMX, los secretarios de Movilidad y de la Mujer, organizaciones de mujeres sobrevivientes de violencia, transportistas y académicas, Babinet presentó a mediados de marzo un ambicioso plan.

En él se propone –solo para este año– invertir en más vagones separados en el metro y transportes exclusivos para mujeres, arreglar las luminarias y cámaras de seguridad en tres Centros de Transferencia Modal (Cetram) que conectan masivamente las periferias, campañas de información y cursos de capacitación a operadores y policías, protocolos de actuación en casos de violencia y acoso y la promoción de la bicicleta como solución de movilidad femenina.

A la salida de la presentación, en un café de la Plaza de la Vizcaínas, entre jugos y felicitaciones de las asistentes, la coordinadora tiene que explicarme por qué se insiste en dividir los vagones. 

No es una solución de largo plazo, le digo, pero ella coincide a medias. 

–Es un hecho que la mayoría de las mujeres usuarias lo aprecian porque se sienten más seguras en ellos, pero también que algunos hombres no los respetan porque les parece una medida injusta o un privilegio.

Algunos hasta presumen de usarlo porque “ellos no acosan” y otros porque van acompañados de su mujer o hija. Incluso hay hombres que dicen sentirse inseguros en sus propios vagones. 

Babinet respira hondo, sobre su jugo. Tuvo que presentar 8 veces la estrategia antes de estar lista, así que ha dado muchas explicaciones. 

–Esta medida lleva décadas porque nunca ha sido complementada con algo más, que es lo que tenemos que hacer. 

Nunca le habían puesto fecha límite en ninguna administración y si no se pone límite no se generan los cambios de comportamiento. 

Por eso dijimos vamos a hacerlo y a evaluarlo. Para empezar nos toca que la infraestructura y la señalización sea correcta, que se comunique bien lo que estamos haciendo, visualmente y auditivamente, que estén capacitados los policías.

En cierta forma queremos poner un letrero de “Aquí no se acosa”, sería muy explícito hacerlo así, pero algo así queremos. 

La idea, confía Babinet, surgió en una de las reuniones de planeación de la estrategia, cuando se mencionó cómo hasta antes de que se pusiera el letrero “no fumar” no se podía reclamar a los fumadores. 

Es tan vital el tema de la comunicación visual que en el equipo de la Semovi hay desde ingenieros de transporte, hasta psicólogas, sociólogas, politólogas, gente que hace estudios de comportamiento, diseñadores y artistas visuales como Lance Wyman “platicando cómo demonios comunicamos eso en los vagones, sin estereotipar, sin revictimizar”. 

La estrategia incluye tres campañas. Las primeras dos serán dirigidas hacia la sociedad, una para saber qué hacer en casos de violencia sexual como víctima y como testigo para no ponerte en riesgo pero apoyar. 

La tercera será muy dirigida a los hombres, para generar un cambio de conducta y que comprendan su responsabilidad para hacer un cambio. 

Esta campaña quiere no solo evitar que ellos violenten, sino aleccionarlos sobre qué hacer para detener a un amigo o extraño que violenta. 

Internamente habrá también capacitación para los operadores de transporte y policías para que entiendan que son parte de la problemática y sepan ser parte de la solución. 
Y un protocolo de actuación para saber registrar un caso, atenderlo, canalizarlo.

–Oye pero si van a hacer de nuevo esas campañas horribles como la de #No es de hombres de Ciudad Segura mejor no hagan nada, le digo y la piel se me pone chinita nomás de recordar las asquerosas miradas lascivas de sus modelos 

Pero ella lo tiene claro. “Queremos cambiar ese enfoque y decir que la responsabilidad aquí es de todos los que vimos y no hicimos nada, de los que grabaron, del agresor; la culpa es de todos menos de la víctima”.

Dice que es solo el “granito de arena” que le toca a la Semovi. Pero toca a toda la sociedad y a los medios de comunicación hacer algo. 

–Por eso queríamos posicionar la Estrategia fuera del 8M, porque no solo ese día es importante el tema. 

Todos los días debe visibilizarse que hay un problema. Parece nada pero es que no había nada, expresa un poco a manera de justificación. 

Aunque se le nota feliz y aliviada, la politóloga está preocupada por lo que viene. 

Asegura que “nunca en la CDMX había habido una propuesta con este nivel de compromiso e integralidad, ni siquiera un power point”. 

Este año obtendrá información para poder decir si los vagones exclusivos para mujeres son necesarios o no. 

En otros tres años “podría darse la completa desaparición de los vagones y transportes exclusivos o la disminución de su número, habría que analizar”. 

Dentro de seis años su sueño guajiro sería que las acciones tomadas sirvieron “para que las mujeres se sientan seguras en cualquier parte y ya no se requieran más transportes exclusivos porque ya no hacen la diferencia”. 

Pero si al final del sexenio las mujeres demandan la permanencia de los transportes exclusivos ¿querrá decir que la estrategia de movilidad fracasó? 

–Hay dos cuestiones, una sería la demanda, pero también hay un tema de datos duros de la violencia sexual, valorar si es más o menos, dónde está ocurriendo y detalles así.

Queremos responder a la demanda social pero también cambiar la percepción de que los necesitan. No solo vamos a responder a qué quieres esto, sino a qué tan necesario es

Liderazgo feminista

Para presentar una estrategia de género y movilidad desde la Semovi hacía falta que llegara una jefa de Gobierno a la Ciudad de México como Claudia Sheinbaum, pero también una camada de nuevos directivos geeks, abiertos y hasta feministas. 

“Llegó la ciencia al poder, pero también usamos mezclilla y bicicleta”, bromea Nadjeli y celebra así los cambios de actitud y cero tolerancia a la violencia que ha impuesto Andrés Lajous, a quien considera “un secretario absolutamente feminista”.

Rememora: “En una de las reuniones alguien me llamó ‘nena’ y en ese momento reaccionó y paró la reunión; solicitó una disculpa directa hacia mí y pidió que no se volviera a repetir. 

Nunca ha vuelto a pasar algo similar, porque cuando no lo dejas pasar no se repite”.

Así confirmó que “hay muchos hombres diciendo no a la violencia con pequeñas acciones que marcan la diferencia. Que lo haga un hombre en una situación de poder es la mejor alianza”.