El bicitaxi fue menospreciado por algún tiempo, hoy, quienes le añadieron motor, están regresando a los orígenes para sobrevivir.
Empezaron como bicitaxistas pero al envejecer se cambiaron a la moto. Durante 20 años fueron, a conveniencia, tolerados o perseguidos.
Cansados del estigma de la ilegalidad, 20 mil de ellos anhelan renovarse tecnológicamente para volver a la bici y dignificar sus empleos.
Ya le llaman «la segunda revolución de la movilidad en la CDMX».
El invento del bicitaxi
Una bicicleta cualquiera y una calandria de acero –asiento para dos y recubierta de plástico– fueron unidos a fuerza de ingenio y dieron como resultado el bicitaxi.
Un invento exitoso, pero incomprendido… hasta ahora.
Exitoso, porque en poco tiempo se convirtió en la opción de movilidad para los habitantes de intrincadas colonias en las alcaldías Tláhuac, Iztapalapa, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Xochimilco.
En las madrugadas resultó eficiente para mover a los trabajadores a los transportes públicos más cercanos y durante el día para mover a mujeres y niños.
Incomprendido, porque aunque sobre ellos se realizan al menos medio millón de viajes diarios y generan 26 mil empleos, su improvisado diseño lesionó las rodillas y espaldas de sus operadores y los hizo cambiar a la moto y con ello, a la ilegalidad.
A pesar de que jefes de gobierno, diputados y alcaldes les prometieron «legalización» a cambio de votos y de que otros más listos aprovecharon la eficiente red comunitaria que generan para sacar provecho (como se supo al abatir al líder del cártel de Tláhuac Felipe de Jesús Pérez Luna «El ojos», en julio del 2017) los ciclotaxis vuelven hoy a ser la opción de transporte ecológico para la Ciudad de México y sus propios operadores han decidido acudir a los diseñadores mexicanos y la tecnología de punta para cambiar la percepción que pesa sobre su actividad y dignificar sus empleos.
Hay que reinventar el oficio del bicitaxi
«Criminalizarlos es absurdo, hay regresarlos a la versión original pero a la última, la más moderna, no a esos de fibra de vidrio que ves en el centro y son carísimos e inaccesibles, sino a un proyecto de última generación.
“Con asistencia eléctrica por computadora y GPS integrado, que incluso puede ser operado mediante una app y con lanzaderas y alturas accesibles a personas con discapacidad.
“Así matas tres pájaros de un tiro: mantienes empleos, los vuelves verdes e impactas a la calidad del aire y al medio ambiente», asegura la alcaldesa de la bici, Areli Carreón, cuya organización está decidida a fortalecer los bicioficios urbanos reinventándolos.
Si bien la idea surgió de talleres en Casa Biciteka, ha llevado al menos 10 años convencer a las organizaciones de mototaxistas que resistieron en la clandestinidad la desidia de las autoridades y los cambios de administración.
El primer ejercicio fue un taller abierto de diseño y soluciones ciclistas, organizado en marzo del 2017, al que acudieron empresas y universidades públicas y privadas.
Este taller fue moderado por los diseñadores mexicanos de la firma Neko, que ya han dejado su sello creativo en bosques, parques y biciestacionamientos del país.
De ese taller surgieron al menos dos prototipos diseñados con la participación de los operadores de más de 90 organizaciones.
Y atendiendo sus necesidades, como la salud del conductor, el uso intensivo en viajes cortos, la gran preferencia de usuarias de la tercera edad y niños, y las funciones de turismo y carga que cumplen en Centros Históricos y en colonias de calles empinadas e inaccesibles.
Mosquitos del Centro, la alternativa mexicana
La Cooperativa de Trabajadores de Transporte Ecológico Alternativo Los Mosquitos, que opera dentro del Centro Histórico, se tomó a pecho la apuesta de crear el primer prototipo chilango de asistencia eléctrica y ya incluso lo tienen a prueba bajo un uso real.
Muy orgullosos del apoyo que recibieron de «una empresa mexicana de la cual nos reservamos el nombre porque así nos lo solicitaron», a los Mosquitos les bastaron seis meses para desarrollar su prototipo e integrarle sus 25 años de experiencia.
«Es una realidad, no una quimera», presume su representante Miguel Maximiliano en el Zócalo
A simple vista el Mosquito es un bicitaxi ligero (250 kilos), de color blanco con lona verde y un pasamanos amarillo.
Está hecho de tubo de acero de alta calidad, su diseño es dinámico y la calandria es de apenas 98 cm de ancho, lo que le permite maniobrar sin obstruir el paso de autos y peatones.
Tiene capacidad máxima para dos personas más un niño.
Su desplazamiento es ligero y no se siente a la hora de pedalear porque tiene un motor de medio caballo de fuerza en las ruedas, mil watts de potencia y una pequeña computadora que controla la velocidad.
Atrás del asiento se guardan las tres baterías de litio sin que se noten y en la parte trasera baja del vehículo hay un maletero para colocar una silla de ruedas.
«Lo más bondadoso de este ciclotaxi es que es una bicicleta, no un vehículo eléctrico para el que hay que importar refacciones de China.
“Puedes desmontar la bici y moverte en ella. Además de que para la zonas con más tránsito pasa muy bien por los lados extremos de la vía o avenidas primarias donde más se concentra el flujo vehicular.
Incluso puede circular en ciclovías y un ciclista puede rebasarlo sin problemas», dice el líder bicitaxista y defensor de los bicioficios”.
No solo la maniobrabilidad sino el costo es otra de sus bondades. «Si los hacemos asistidos cuesta alrededor de 22 a 25 mil pesos.
“Sin la asistencia eléctrica podría costarnos 10 mil pesos cada uno, pero se quieren con la asistencia para que los trabajadores puedan trabajar más horas sin lesionarse.
“Con este prototipo la idea es encontrar quien pudiera financiarlo y hacerle pequeños ajustes, queremos mejorarlo pero con mano de obra mexicana», adelanta.
La sobrevivencia de Los Mosquitos
En Mosquitos resisten alrededor de 50 agremiados, pero antes del 2012 integraba a 90 trabajadores.
Según Maximiliano, «son los que han resistido el proceso de extinción, represión y marginación del servicio de bicitaxis» que comenzó en aquel año.
Y es que el Centro Histórico es un territorio en disputa.
Como antiguos trabajadores del bicitaxi, los Mosquitos fueron considerados para manejar los ciclotaxis de fibra de vidrio que desde 2009 operan en el Zócalo y para cuya flota de 132 unidades se invirtieron 14 millones de pesos (7 mil dólares por unidad).
«Fuimos considerados porque cumplíamos con toda nuestra documentación y fuimos a la capacitación de las nuevas unidades.
“Pero resulta que el proyecto se lo quedaron antiguos liderazgos y caciques de los bicitaxis y amedrentaron a los trabajadores como nosotros para excluirnos «, acusa Maximiliano.
Le parece incongruente que se traigan modelos de otros países que no han sido probados en la Ciudad de México «y luego resulta que cuestan 80 mil pesos, pesan media tonelada y son carísimos de mantener».
Para ellos, lo más sencillo es lo funcional y su modelo sólo requiere pequeños ajustes en el sistema de arranque.
«No necesitamos reinventar el hilo negro o el agua tibia, aquí hay trabajadores con toda la actitud y ganas de trabajar, en espera de apoyo para poder desarrollar este modelo y fabricarlo en serie como un ejemplo de ciclotaxi funcional».
FOTCA, Prototipo Ibero-Mastretta
José Gribeth Campoy, el presidente del Frente de Organizaciones de Transporte Colectivo Alternativo FOTCA, trata de permanecer neutral pero no oculta su atracción por el prototipo desarrollado por la Universidad Iberoamericana.
A su parecer «son los que mejor han hecho la tarea».
«El prototipo de los Mosquitos es una buena idea pensado en cuidar al chofer y su salud, sin embargo la orografía de la ciudad nos lleva a pensar diferente, porque Tláhuac e Iztapalapa, que son las zonas donde hay más mototaxis y más se usan, tienen pendientes, caminos inestables, feos, con topes y todo eso nos lleva a querer un producto de mejor calidad» asegura.
El Frente integra a 72 oganizaciones de mototaxistas y bicitaxistas, las más numerosas de Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco y del Edomex, mismas que se tomaron su tiempo para digerir la propuesta de volver al ciclotaxi.
«Todos nos tachaban de locos, la gente se espantaba, pero hemos venido platicando con nuestros 16 mil agremiados de cómo ha cambiado en las últimas décadas la tecnología y ahora tenemos una aceptación total», dice Gribeth.
Están seguros de no querer un vehículo totalmente eléctrico, porque la obesidad y el sedentarismo ha permeado en los operadores, así que se sienten más atraídos por el prototipo a cargo del diseñador Daniel Mastretta.
«Porque piensa en la seguridad, respeta la velocidad límite a 25 km/h, trae el torque para asistencia en el arranque y un sistema de frenado y amortiguación para el pasajero», apunta.
Mastretta ya ha desarrollado otros «vehículos híbridos extraligeros», como el modelo 3HEX con el que ganó el premio «Inédito» del Design Week 2017 que mostramos en la foto.
Según el líder mototaxista, el ciclotaxi de la Ibero fue creado a partir de «lo negativo» (inseguridad, fácil de voltearse, velocidad peligrosa, frenado incorrecto y su prototipo estará construido antes de semana santa para comenzarlo a probar en los territorios.
«Queremos llevarlos a los escenarios reales, de preferencia a los peores escenarios, como Tláhuac. Pasando Tláhuac, lo demás lo podemos ir viendo con calma», dice.
En sus análisis, cada uno de sus agremiados podría invertir hasta 3,500 dólares en cada nueva unidad.
«No quiero decir que sea el costo tope que estemos buscando, pero sí es una cifra cómoda para que el que se quiera arriesgar a hacerlo vea que no es algo tan pequeño lo que estamos en posibilidades de pagar y sobre todo que piense que puede meterle tecnología, porque luego ese es el pretexto, si quieres algo de 20 mil mejor ni me arriesgo».
Fortalecidos con el apoyo de la Coalición Cero Emisiones, «que nos ha abierto a otros sectores de la sociedad para dejar de ser esas cucarachas como nos tenían estigmatizados», el Frente celebra que el prototipo Mastretta
«Cumple muchos de los aspectos que tanto la autoridad, la sociedad y nosotros queremos».
Del barrio para el barrio
Les gusta la actitud del nuevo gobierno que ha organizado mesas de trabajo para regularlos y que abrazó su propuesta de transformación tecnológica.
«Me da esperanza porque durante tres décadas el mototaxi vivió en la clandestinidad. El año pasado por una cuestión de narcomenudeo salió a relucir el tema y empezamos a ver un descontrol.
“Nunca creímos empezar en esa parte, el mototaxista llenaba plazas y les daba votos y después no existía para nadie.
“Pero nosotros somos muy importantes en el primer y último tramo».
Por mientras, el Frente ha emprendido una labor de educar y concientizar a los trabajadores para tener su licencia en regla.
Van lento. La semana pasada sometieron a 600 de sus choferes a exámenes antidoping y los resultados fueron los esperados.
«Se les va a dar oportunidad de que se rehabiliten para que sigan teniendo sustento a sus familias, pero no vamos a permitir que se trabaje de bicitaxista para alimentar vicios, porque el servicio es del barrio para el barrio».
¿Revolución o regresión?
Son diferentes las propuestas de prototipos que ya se muestran a la Semovi desde este mes.
«Algunos son totalmente eléctricos y se están yendo más por la ingeniería automotriz, pero nosotros necesitamos algo que solucione el problema de salud pública que tenemos», dice Gribeth.
Otros, como el de Mosquitos están rodando ya para convencer a posibles inversionistas.
En esta fase de promoción, visitan a todas las organizaciones y zonas de servicio que no conocen el proyecto de transformación tecnológica de sus unidades como en Santa cruz Meyehualco e Iztapalapa.
Mientras Semovi los evalúa, la Alcaldesa de la Bici Areli Carreón se ha propuesto el tema como su prioridad de este año.
«Si consideramos que Ecobici fue la primera revolución, podemos decir que con esta hoja de ruta, ya ha comenzado la segunda revolución de la movilidad no motorizada en la CDMX».