Festibike bicicletero

Celebran el Segundo Festibike Monterrey 2011

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Ciclistas urbanos de la ciudad de Monterrey festejaron la segunda edición del Festibike, una rodada para celebrar el uso de la bicicleta como transporte público y la recuperación de los espacios urbanos. Aquí les compartimos la crónica.

Texto: Karina Licea

Son las cinco de la tarde y los ciclistas urbanos se comienzan a congregar en el Colegio Civil, en la ciudad de Monterrey.

A pesar de lo que muchos pudieran pensar, el miedo causado por los narcobloqueos, narcosecuestros, narcosustos y todos los narcoataques no restó el que  180 ciclistas aproximadamente,  se reunieran para rodar y tomar las calles mostrando a sus habitantes que la vida en las calles es posible.

El reloj muestra las 5:30 y los ciclistas comienzan a rodar,  a diferencia de otros recorridos, este lleva una carga diferente, se siente la esperanza y la buena vibra de cada uno de los asistentes a esta gran rodada, los ciclistas comienzan sus cantos “Yo si le voy le voy a la bici” “Es el poder de la bici, es el poder de la calle, es el poder que te lleva, a todas partes a todas partes”.

La emoción es tal que uno se contagia y comienza a cantar y gritar los tarareos cleteros. Los habitantes de esta gran ciudad voltean a ver el paso vertiginoso de los ciclistas y junto con ellos cantan, incluso muchos de los automovilistas pitan sus cláxones acompañando la comparsa ciclista.

Desde las ventanas, vecinos y paseantes muestran su simpatía con los pedaleantes.

Pasamos por los distintos monumentos y plazas, pasamos por  Washington, Serafín Peña, Hidalgo, Pino Suárez, Ocampo, Zaragoza, Zuazua, Aramberri e Isaac Garza hasta llegar a la Plaza El Chorro, en muchas de estas calles y avenidas de Monterrey, los ciclistas se enfrentan a diversos obstáculos y trampas como las rejillas y coladeras, cada vez que alguien observa una grita: “atrapa bicicletas” y los ciclistas tratan de esquivarla.

Al ingresar en la Plaza del Chorro disfrutamos de un espectáculo de tambores y malabares por parte de Drum Art, alternamente se ofrecen talleres de reparación y mecánica de bicicletas impartido por los ya afamados hermanos Martínez.

También en la parte oriental del parque hay colocada una mesa que ofrece distintos bocadillos, alimentos y agua para todos. También disfrutamos de la música de Pedro Morales, Erizo, Jhonivan y Erik.

El motivo fundamental de estas rodadas como muchas otras es la de lograr una sensibilización de los habitantes de Monterrey, demostrando que existen otras modalidades de transporte.

Es increíble que al menos en alguna parte de esta gran ciudad haya personas que creen que la vida en espacios públicos aún es posible, es increíble que la doctrina del shock no haya funcionado con ellos, ¡aún hay certidumbre!