El casco para bicicleta es el elemento de seguridad más importante en ciclistas, sobre todo aquellos que montan la bicicleta con fines deportivos.
De hecho, desde el 2003 el uso del casco se hizo obligatorio en las competencias de ciclismo de ruta profesional, y su uso comenzó a popularizarse entre la afición.
Otras variedades del ciclismo reguladas por la Unión Ciclista Internacional (UCI), como el BMX, el ciclismo de montaña y el de pista también exigen su uso.
Hay algunas discusiones entorno a qué tanto tiempo debe pasar para que cambies de casco. La decisión depende de los siguientes factores:
- Exposición del casco a los elementos (sol, lluvia, temperaturas extremas)
- Golpes que haya recibido
Para entender estos puntos, comencemos por conocer de qué está hecho un casco para bicicleta
¿De qué están hechos los cascos para bicicleta?
Los cascos para practicar ciclismo están hechos en su mayor parte por poliestireno expandido (EPS por sus siglas en inglés) y recubiertos con diferentes materiales.
El poliestireno expandido es un plástico derivado del polímero poliestireno. Su principal uso industrial es el aislamiento térmico y acústico.
Si te has preguntado si el EPS es lo mismo que el unicel, la respuesta es sí. Sólo que el empleado en los cascos tiene mayor densidad que el empleado en los vasos o platos desechables que llevan un 95% de aire inyectado.
El cuerpo principal de los cascos es el que se fabrica con EPS, luego viene la cubierta o carcasa que puede ser de fibra de vidrio o de policarbonato en el mejor de los casos.
Algunos emplean refuerzos de fibra de carbono mezclada con el EPS para que no se fragmente el casco y funcione en caso de caída con impactos múltiples.
El principal objetivo de un casco es absorber el impacto. Es decir, que funcione como un amortiguador entre el cráneo y el suelo.
Por esa razón, el poliestrieno expandido debe conservar su estructura original.
¿En qué momento debes cambiar tu casco de bicicleta?
Algunos fabricantes indican que a los tres años, sin importar que haya ocurrido. Esa indicación no tiene mucho respaldo técnico.
Según la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de Estados Unidos el rango para cambiar un casco de ciclismo es entre 5 y 10 años, y todo dependiendo del uso y cuidados que le hayas dado.
Entonces, lo primero que debes saber es que si te has caído de la bicicleta y el casco experimentó un impacto, es altamente recomendable cambiarlo, pues las fracturas en el EPS ya no garantizan la funcionalidad del casco.
La segunda razón es que hayas dejado el casco expuesto al sol o a la lluvia constantemente.
Si notas que el EPS (visualmente parecido al unicel) cambió de color (en caso del color negro que se vea más claro y en caso del color blanco que se vea amarillo), es momento de cambiarlo.
La radiación ultravioleta es prácticamente la única que reviste importancia. Bajo la acción prolongada de la luz UV, la superficie del EPS amarillea y se vuelve frágil, de manera que la lluvia y el viento logran erosionarla.
Empolime, empresa especialista en poliestrireno expandido.
Como lo dice la empresa Empoline, especializada en la producción de este material, la luz ultravioleta, la lluvia y el viento, erosionan el poliestireno expandido. Evita exponerlo a esos elementos para prolongar su vida.
Qué hacer con un casco para bicicleta caduco
Cuando llegue alguno de los tres casos: que llegue a 10 años, que sufra un golpe o que se erosione, es momento de dejarlo de usar.
¡No lo regales a otro ciclista! Sabiendo que no funcionaría correctamente, regalarlo sería muy irresponsable.
Reciclarlo puede ser complejo, por la cantidad de piezas de distintos materiales que conforman al casco.
Según la organización Helmets.org, debes separar la carcasa, las cintas, hebillas y el EPS.
Algunos cascos fabrican su carcasa con plástico reciclable, y en ese caso podrías depositarlo en un contenedor destinado al reciclaje de plásticos.
Pero el EPS, que es el de mayor presencia en un casco, deberías limpiarlo muy bien para que las plantas recicladoras lo acepten.
Lo que recomienda esta organización, es que le des otro uso, por ejemplo, trituralo y mezclarlo con tierra para tus plantas. Esto funciona para que tus macetas tengan mejor drenaje y no se compacte tanto el sustrato.
Otra idea es usar el casco como una maceta. Quedan bien, pues es impermeable y las ventilas funcionan como drenaje.