La bicicleta y el LSD se unieron en una casual aventura el 19 de abril de 1943 cuando el científico suizo Albert Hoffman (1906 – 2008) hizo la primera prueba de consumo de este compuesto químico psicodélico.
Pero fue 42 años después cuando el doctor en sicología Thomas B. Roberts propuso conmemorar aquél día en el que Hoffman regresaba a casa en su bicicleta tras haber consumido 25 microgramos de dietilamida de ácido lisérgico (LSD).
Según el propio diario que llevaba Albert Hoffman para reportar sus hallazgos la primera vez que tuvo contacto con el LSD fue tres días antes, el 16 de abril.
Esa primera vez tocó por accidente el compuesto número 25 del ácido lisérgico, producto de sintetizar el hongo conocido como cornezuelo del cereal centeno.
Thomas B. Roberts propuso que se celebrara el segundo episodio y no el primero (el del 16 de abril) por una razón simple: en 1985 el 19 de abril caía en fin de semana, y eso era más divertido para hacer una fiesta en honor a Albert Hoffman.
¿Por qué el día mundial de la bicicleta y no del LSD?
Esta misma pregunta se la hizo Hoffman a Thomas B. Roberts. La respuesta fue: es más simbólica y representativa una bicicleta que un compuesto químico.
Y al parece Hoffman estuvo de acuerdo.
Desde ese entonces cada año se fue convirtiendo esta fecha en un pretexto para hacer fiestas, arte y referencia de la bicicleta como ese objeto que nos ha cambiado la vida a millones de personas.
Desde 2018 la Organización de las Naciones Unidas decretó una nueva fecha para celebrar el Día Mundial de la Bicicleta: el 3 de junio.
Al parecer quizo separar la fantástica relación entre la bicicleta y el LSD, hasta ahora considerada una droga ilegal.
Sin embargo, la gente sigue recordando cada 19 de abril aquel primer viaje en ácido y bicicleta.
Te invitamos a escuchar el Episodio 4 de nuestro podcast dedicado a este tema.