Chris Horner

Chris Horner, el ciclista que vendió todo por competir

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“Volvería a venderlo todo para correr el Tour” dice  Chris Horner, estadounidense de 40 años de edad, que tuvo que tomar una decisión que cambiaría su vida.

Texto: Jesús Guevara

En mayo de 2004 Josean Fernández Matxin le llamó para contratarle para el equipo Saunier Duval después de que Imanol Ayestarán le hablara de él como un portento, aunque desconocido en Europa.

La oferta era humilde, se puso a hacer cuentas. Separado y con tres hijos, no le alcanzaba para pagar la pensión.

Le pusieron precio a su felicidad. Y pagó por ella. Vendió su casa de California para vivir en un remolque y subastó por internet todos los trofeos, maillots y bicicletas que tenía.

Corrió aquel Tour de Francia y desde entonces nadie es capaz de robarle la sonrisa. Horner es el paradigma de la resistencia ya que en el Tour de Francia pasado acabó en el hospital. Se fracturó la nariz y sufrió hematoma en una pantorrilla.

Su estado se agravó de regreso a casa. Estuvo meses sin entrenar. Y ocho sin competir. “Nunca había estado tanto tiempo sin correr”. Pero ni siquiera entonces pensó en colgar la bicicleta.

Así que regresó hace unas semanas en la Tirreno-adriático y acabó segundo lugar.

Hoy corre la Vuelta al País Vasco, donde una vez más tiene la oportunidad de demostrar el amor que le tiene al ciclismo.

Hace unos días declaró a un reportero de la ciudad de Vitoria Gasteiz en el País Vasco.

“Adoro el ciclismo. Para mí no hay otra cosa en la vida aparte de mis hijos, mi mujer y el resto de mi familia.

“Físicamente, pesan los años pero  en la bici no, cada día me levanto de la cama más incómodo. Quizás sea la edad. O las caídas, que dejan huella. No lo sé. Eso sí, cuando me subo a la bicicleta se me pasan todos los dolores.

“Estar siempre contento es lo que me permite seguir corriendo a mi edad. Sigo sonriendo como siempre lo he hecho, la edad no me quitó más que el pelo y me tomo las cosas con humor. Creo que por eso sigo aquí.

“Cuando me levanto solo pienso en que tengo que ir a trabajar. Y en que tengo la suerte de poder hacerlo encima de la bicicleta. ¿Cómo me va a costar hacer mi trabajo si soy un privilegiado?

“Si se volviera a repetir las circunstancias del 2004 que fueron las que me trajeron a Europa lo volvería a hacer sin dudarlo.

“Tener la posibilidad del Tour de Francia es algo que no se piensa ni cambia por nada, volvería a venderlo todo”.