La zona metropolitana del valle de México (ZMVM) tiene mala calidad del aire casi todo el año.
La concentración de los contaminantes atmosféricos dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO) y dióxido de nitrógeno (NO2) han logrado mantenerse por debajo de los niveles máximos establecidos por la normatividad mexicana, sin embargo la concentración de ozono (O3), PM10 y PM2.5 aún superan los valores máximos la mayor parte del año.
Las partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5) son un importante indicador de contaminación del aire puesto que se ha demostrado que tienen un gran impacto negativo en la salud.
La norma oficial mexicana (NOM-025-SSA1-2021) establece que el valor límite para el promedio anual de PM2.5 es 10 μg/m3 1.
Esto corresponde con los lineamientos publicados por la OMS para el mismo contaminante 2 en 2021.
El último informe sobre calidad del aire en la ZMVM3 disponible en la página oficial de la SEDEMA y que corresponde al año 2018 reporta un promedio anual de PM2.5 de 27.7 μg/m3, es decir, casi 3 veces lo establecido por normas nacionales e internacionales.
¿Andar en bicicleta con mala calidad del aire es peligroso?
¿Pero esto es suficiente para dejar de pedalear al trabajo, incluso en días de contingencia ambiental? La evidencia sugiere que no.
Un estudio publicado en 2016 4 estimó los efectos en la salud de las PM2.5 utilizando datos de mortalidad y tiempo invertido caminando o practicando ciclismo.
Se determinaron dos puntos de inflexión para los beneficios del transporte activo (caminar o ciclismo), llamados tipping y breaking points.
El tipping point hace referencia al punto en el que la actividad física no genera ningún efecto benéfico en la salud como consecuencia de los niveles de PM2.5 y el breaking point es el punto en el que no solo no hay beneficio, sino que hay un daño considerable a la salud.
Los resultados demostraron que para que una sesión de ciclismo de media hora logre alcanzar el tipping y breaking point, los niveles de PM2.5 deben ser de 95 μg/m3 o 160 μg/m3 , respectivamente.
Dicho estudio fue la base para otro análisis realizado en 20205, que evaluó el escenario hipotético en el que en días con altas concentraciones de PM2.5 se escogiera un tipo de transporte no activo sobre un transporte activo.
Este reporte concluyó que en personas de 15 a 60 años, no hubo beneficio al optar por un medio de transporte no activo o hacer home office en ciudades con concentraciones moderadas de PM2.5 (<150 μg/m3 ).
Por lo tanto, la actividad física realizada en la mayoría de las ciudades del mundo, cuyo promedio de PM2.5 es 22 μg/m3 , aporta beneficios netos a la salud.
Necesario evaluar todos los contaminantes
En conclusión, aún en presencia de altas concentraciones de PM2.5, el traslado activo en la CDMX tiene mayores efectos positivos en la salud que detrimentos.
Sin embargo, existen algunas consideraciones importantes a tomar en cuenta. Los estudios aquí reportados solamente evalúan el efecto de las PM2.5 en la salud, sin tomar en cuenta que en todas las ciudades contaminadas los ciclistas también nos encontramos expuestos a otros contaminantes dañinos como el NO2, por lo que un modelo de predicción que tome en cuenta varios contaminantes podría arrojar resultados diferentes.
También es importante hacer hincapié en que los efectos de la contaminación van en relación con el tiempo de exposición.
Es decir, que una sesión de media hora de ciclismo en un ambiente con valores de 95 μg/m3 es benéfica, pero una sesión de ciclismo en un ambiente con valores de 22 μg/m3 llega al tipping point en 7 horas4, que es una jornada que fácilmente se pueden alcanzar en ciertos niveles de entrenamiento en la ciudad.
Asimismo, existen algunas condiciones de salud o poblaciones de riesgo que son intrínsecamente susceptibles a la contaminación atmosférica.
En personas con asma, bronquitis crónica, EPOC, de edad avanzada o niños menores a 1 año habría que tomar mayores precauciones cuando las concentraciones de contaminantes aumentan.
Referencias
1. SSA. NORMA Oficial Mexicana NOM-025-SSA1-2021.
3. SEDEMA. Calidad del aire en la Ciudad de México: Informe anual 2018.
4. Tainio, M. et al. Can air pollution negate the health benefits of cycling and walking? Prev. Med. 87, 233–236 (2016).