Durante todo diciembre no pude andar en bicicleta ni caminar en la calle, a consecuencia de una lesión que tuve. Así que necesariamente me moví en Uber todos los días.
Mi estado físico tampoco me permitió moverme en transporte público, por lo tanto mis opciones de traslado se redujeron a la teletransportación o al Uber.
Como la primera no la domino muy bien todavía tuve que hacer uso de la app.
Mi rutina durante diciembre fue muy monótona en cuanto a viajes dentro de la ciudad.
Lunes, miércoles y viernes iba al hospital que me queda a 1 km de distancia.
Ese viaje me costó 74 pesos ida y vuelta, en promedio. Y lo hice ocho veces con un total de 590 pesos aproximadamente, ¡por recorrer 1 km de ida y otro de vuelta!
Los mismos días tenía que ir a otra clínica que me quedaba a 3.5 km, o sea, una distancia que por supuesto hubiera hecho en bicicleta.
Este viaje me costó 110 pesos redondo, y también lo hice ocho veces: 880 pesotes más.
Sólo con esos dos viajes me había gastado 1,470 pesos. Además de algunos minutos de vida por estar en el tráfico.
A estos dos le debo sumar otra cita más, con la sicóloga, que me queda más lejos, a 10 kilómetros de mi casa. Esa distancia, recorrerla una sola vez a la semana… por supuesto que la hubiera hecho en bici.
Pero ni modo, mi estado físico y emocional no daban para que me subiera a la bicicleta. Que te acuchillen en la calle mientras caminas no lo olvidas tan fácilmente, las heridas no sólo son físicas.
¿Y no me convenía más tener un coche?
Incluso con esta rutina atípica en la que usé Uber casi dos veces al día (52 veces en 31 días), comprar un carro hubiera sido infinitamente más caro.
Y además, no hubiera podido conducirlo por las mismas razones que no manejaba mi bicicleta.
Pero veamos, si todos mis viajes los hiciera en Uber y no utilizara la bici para nada, nunca, aunque estuviera en perfecto estado físico, ¿sería más conveniente tener un auto propio?
Esto cuesta tener un auto propio
Según el portal Solo Autos la opción más económica en 2019 fue el Nissan March, con un precio de $157,100.
Para hacer los cálculos entré a la página de Nissan y el modelo 2020 cuesta 166,000 pesos.
Como no tengo esa cantidad ahorrada para un auto, tendría que pedir un financiamiento.
El máximo de meses que te ofrecen para pagar es de 48 meses (4 años), con un enganche de 24,900 y mensualidades de 4,932.98
Esto, sólo para tener el auto, pero hace falta la gasolina, estacionamientos, seguro, tenencia, refrendo, placas, licencia, infracciones, reparaciones y lavado.
Según un reportaje publicado en el sitio de asesoría financiera Bancompara, el costo ronda los 55 mil pesos al año.
Así que a los 4,932.98 pesos le tendría que sumar 4,583.33, para un total de 9,516.31 pesos mensuales destinados al auto.
Durante un mes viajando hasta cuatro veces al día en Uber me gasté $3,456.95, un mes totalmente atípico. Y aún así no es ni la mitad de lo que tendría que pagar por tener un auto propio.
Con o sin auto, no me bajaré de la bici
Quizás ya tienes un auto, pero lo estás usando para absolutamente todos tus viajes diarios, ¿te imaginas cuánto te ahorrarías en gasolina si solo lo usaras para lo realmente indispensable?
Este mes valoré moverme en bici más que en toda mi vida. Y vi la enorme necesidad que existe para que las ciudades pongan la atención en las bicicletas y los peatones.
Los autos son atractivos visualmente, y llevan décadas apareciendo en anuncios, películas, revistas… siendo conducidos por personas exitosas que van fluyendo en una ciudad sin más autos que los de ellos mismos.
Pero la realidad es otra. La verdad es que no caben más carros en las calles y que es un invento que ha costado la salud de las ciudades y sus ciudadanos.
Tampoco usaría Uber o cualquier otra aplicación para moverme a todas partes, en mi vida cotidiana sólo los uso para viajes muy largos o si salgo de fiesta.
¿A qué nos obligan nuestras ciudades? Si se revierte su diseño hacia las personas y no hacia los autos, estaríamos ahorrando mucho dinero, tiempo, calidad del aire, seguridad, salud…
¿Qué les hace falta a los tomadores de decisiones para repensar nuestras ciudades? ¿Subirse a la bici? ¿Caminar?
La verdad me siento afortunado de haber probado un día moverme en bici y volver a disfrutar de la ciudad.
¡Y ya estoy contando los días para regresar a ella y liberarme nuevamente!
Vaya que si fue una experiencia traumante y si se requiere recuperar la confianza en uno mismo y los demás
solo espero que te recuperes pronto.
A mi también me gusta mucho la bici ya me he caído y he perdido algunos dientes dedos rotos mayugaduras en el rostro pero la bici es la bici asi que sigo rodando animo .
Te comprendo perfectamente, me acabo de fractura una mano por una mala caída en bici, y por más que he intentado no usar Uber, el gasto es fuerte. Ya me urge recuperarme para regresar con mi felicidad de dos ruedas. Mi ciudad es demasiado pequeña y 80% plana, pero en estadísticas aprox., hay 2 coches por cada familia y es triste y alarmante, ya que la ciudad tiene aprox. 20 km. de diámetro y se sigue apostando por la movilidad motorizada.