Caer en generalizaciones es un grave error que alimenta discusiones sordas y ciegas. Para algunas personas, todos los ciclistas son unos violentos, todos son imprudentes y ninguno paga impuestos.
Y anoche, muchos por fin consiguieron tener la razón. Anoche, una manifestación convirtió a un grupo de ciclistas, en violentadores y víctimas al mismo tiempo.
Padecemos una pandemia de desinformación en la que los argumentos se sostienen en creencias vacías, memes, videos editados, influencers sin capacidades técnicas alimentdos de intereses políticos.
Anoche, después de muchas protestas en las que ya había habido confrontaciones y acciones violentas, oficiales de Tránsito se enfrentaron a golpes a un grupo de ciclistas que bloquearon uno de los accesos del Segundo Piso de Periférico de la CDMX.
Se debe decir. El grupo que participó ayer no son todos los ciclistas. Es un sector que tiene una causa real y justa.
La mayoría son personas que reparten comida en bicicleta o motocicletas a través de plataformas digitales. Y padecen de la inseguridad vial todos los días mientras trabajan.
Pero no son todos los ciclistas. Ellos, bajo la bandera #JusticiaParaTodxs decidieron tomar el camino del choque, con el argumento de que ya no se puede perder el tiempo con mesas de diálogo.
Es importante abrir los ojos y analizar con lupa a ciertas personas que están dentro dicho movimiento. Eso hará con tiempo y responsabilidad.
Sólo para abrir la discusión, se debe decir que algunas son cercanas a empresas que perdieron privilegios con la presente administración. Con razón justificada o no.
Otras, están haciendo el trabajo para una oposición política que hasta el momento se mantiene en bajo perfil, pero los tiempos electorales se acercan y esto se hará cada vez más evidente.
En medio, ha quedado la injusta muerte de más de una decena de ciclistas y la vulnerabilidad, ahora sí, de todas las personas que optamos por movernos en la ciudad en bicicleta.
A ojos de usuarios de Metrobús, automovilistas y peatones, ya somos más que nunca los violentos de la calle.
Somos los rijosos, los paridos por dios que nos molesta todo y por eso cerramos las calles, sin importarnos el resto de los usuarios de la vía pública.
Así hemos quedado expuestas ante la serie de reclamos que son más parecidos a un berrinche que a una petición cesuda. Quieren que no haya más muertes viales, y punto. Que al día siguiente se cumpla por arte de magia.
Hay o había otra vía
Por otro lado, hay un gran y diverso grupo de activistas que han presentado prouestas técnicas a la Semovi, y que exige sean escuchados a través de la instalación del Consejo Ciudadano de Movilidad que exige la Ley de Movilidad.
Hasta hoy no se ha escuchado a ese grupo y los reflectores los han ganado ciclistas que tomaron la vía de la violencia y que anoche fueron víctimas de esa misma furia.
Ojalá tanto ciclistas de #JusticiaParaTodxs como la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum abran bien los ojos y sobre todo los oídos para escuchar propuestas de trabajo colaborativo.
Y quienes están echando más leña al fuego, sepan que son responables de cada una de las personas que salgan heridas de esta batalla.
Estamos cosechando la semilla del des-oir, años y años solicitando una ciudad más humana y el transporte sustentable y los mismos años tapándonos los oídos. Sin escuchar. Desgraciadamente algo así tenía que ocurrir, espero de todo corazón qué nos sirva para tomar el buen camino y hacer la ciudad que soñamos; qué sea para los ciudadanos y los ciudadanos para la ciudad.
Asco de texto que criminaliza una protesta que es tan intensa como la sordera de las autoridades.
Que horrible. Revictimizas y anulas una manera de protestan válida como cualquier otra, además ¿Cuáles son tus fuentes para decir que esos grupos están ligados agrandes empresas o agrupos de oposición política?
[…] domingo pasado, en mi columna Los ciclistas violentos señalé a un grupo de ciclistas que han decidido exigir una solución con […]