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Ley de seguridad vial en México, fantasía o realidad

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Desde hace cuatro años, diferentes organizaciones civiles han estado trabajando para que se legisle una Ley de Seguridad Vial en México. Pareciera que con la nueva Legislatura puede ser posible.

Son buenos tiempos para la sociedad civil, ya hasta los llaman los políticos para colaborar.

¡Ni en sus más guajiros sueños! Eso comentaban los representantes de 11 organizaciones afuera del Senado, cuando con veladoras formaron el número 16,000, cifra anual de los muertos en accidentes de tránsito.

Han sido cuatro años de ir y venir con una propuesta de ley “consensada y con el punto de vist de todos” que no ha visto sus mejores días.

La pasada legislatura les dio largas hasta que finalmente se declaró incompetente para legislar sobre una materia incomprendida pero que es nodal en la agenda de movilidad: la seguridad vial.

En la pasada Legislatura  los diputados arguyeron que el artículo 73 constitucional no les daba facultades para legislar sobre eso, lo que las organizaciones consideraron puros pretextos.

Muy pocos políticos entienden que invertir en construir calles seguras, ordenar a los automovilistas y hacer que la policía aplique y respete el reglamento de tránsito impacta hasta en el PIB (12 mil millones de dólares en pérdidas, un 1.5 porciento del PIB de 2017).

Urge una Ley de Seguridad Vial para prevenir muertes

Tocó a la alcaldesa biciteka Areli Carreón poner en perspectiva la urgencia: “Un accidente no es una cosa azarosa, nueve 9 de cada 10 son prevenibles, pero la violación consistente de los reglamentos de tránsito es la semilla de la impunidad y la violencia que vivimos.

“Todo eso empieza en las calles. La compra de licencias hace que prácticamente cualquiera puede manejar. Está probado que el sistema de puntos no funciona, porque te vas a Puebla o al Edomex y los burlas. No hay mecanismos de control al auto y muchas vidas inocentes que se pierden sobre todo entre las clases populares”.

América Latina es acosada por un fenómeno de muertes en carretera y es urgente bajar paulatinamente el número de muertes, heridos, discapacitados y huérfanos por accidente viales, señala Areli.

Prevenir los altos costos humanos y sociales de los accidentes viales requiere decisión política pues se pisarán los callos de cotos de poder de policías, industriales de auto y políticos que aún siguen creyendo que el automóvil hará patria.

Al año 16 mil personas mueren en hechos de tránsito y 150 mil quedan heridos o con alguna discapacidad.

Sentados ante los representantes de las Comisiones Unidas de Zonas Metropolitanas y Movilidad y de Desarrollo Urbano, Patricia Mercado, Xóchitl Gálvez, Emilio Álvarez Icaza, la diputada tapatía Verónica Delgadillo y como asesora Laura Ballesteros les urgieron a actuar, a no empezar de cero y tomar en cuenta que cada día que pasa mueren 45 personas por accidentes viales en el país.

Estaban en la reunión con los diputados la alcaldesa de la Bici y Biciteka, Areli Carreón; Ezequiel Palacios, de México Previene; Jimena Camacho, vocera de la campaña Seguridad Vehicular de el Poder del Consumidor; Gonzalo Peón, director del ITDP; Valentina Ochoa, Gandhi de la Cruz y el exdiputado Miguel Ángel Toscano de Refleacciona y Alejandra Leal, Codirectora de Céntrico.

Nos matamos en automóviles

Tan solo este año Zacatecas, Tabasco y Sinaloa se convirtieron en las ciudades más mortales al registrar aumentos peligrosos en los últimos tres años.

Según datos del Centro de Experimentación y Seguridad Vial, este año se registraron 12, 321 accidentes en la CDMX, pero Nuevo León tuvo 77,620 mientras Chihuahua alcanzó los 28,631.

Los buenos deseos y la disposición de empujar el tema se dejaron sobre la mesa y se planeó convocar a reuniones conjuntas para ya elaborar un dictamen.

Xóchitl Galvez, que al principio de la reunión estaba eufórica por la próxima legalización de la marihuana contaba divertida como los espantados panistas le pidieron que se manifestara al respecto solo a título personal.

Patricia Mercado se mostró en total disposición para comenzar. “¿Qué hacemos, cómo les ayudamos?”, les dijo solícita.

Álvarez Icaza desestimó al “ternurita” Miguel Ángel Toscano, que recordó sus tiempos en Suiza en el 2013 cuando el tema de la seguridad vial ya era el centro de la agenda y “México estaba reprobado desde entonces, pero puede quitarse el tache legislando en la materia”.

De qué va la ley de seguridad vial

Valentina Ochoa detalló que la propuesta de ordenamiento sigue los estándares de la Organización Mundial de la Salud, fue hecha con Visión Cero ( es decir con políticas de prevención para lograr sistemas de transporte sin muertos ni lesiones) y que coordina distintos niveles de gobierno.

Además, propone la creación de una Agencia de Seguridad Vial encargada de todo, pero al no ser factible, tal vez lo propongan como un Consejo de Seguridad Vial.

En general la ley consta de cinco pilares: gestión de seguridad vial, la infraestructura vial, la seguridad de los vehículos, el comportamiento de los usuarios de las vías de tránsito y la atención después de los accidentes.

“Es el camino adecuado impulsar este ordenamiento desde lo federal para que se provoque una cascada de cambios legislativos locales”, resaltó Gonzalo Peón del ITDP.

Aunque el 30 de octubre en la Cámara de Diputados les ofrecieron apoyo total, Laura Ballesteros consideró mucho más pertinente que el Senado lidere el esfuerzo.

En su turno Jimena Camacho del Poder del Consumidor aseguró que se tocarán intereses de la industria automotriz.

“Hacemos (en México) los autos más seguros pero no se quedan aquí, porque esos sistemas de seguridad se venden con sobreprecio de 20 a 90 mil pesos, entonces tener un auto seguro es un lujo para los mexicanos. Con esta “ley paraguas” que modifique esto y podemos hacer que todos accedan a sistemas de seguridad que en otros países se garantizan desde la venta”.

Xóchitl Gálvez anunció que pedirá un punto de acuerdo para que el ramo 33 se amplíe para gastos en infraestructura vial. Y Emilio Álvarez Icaza consideró que la propuesta es no solo urgente sino “civilizatoria”.

¡Pellízquenlos a todos! Cuando el próximo 18 de noviembre se conmemore el Día Mundial de las Víctimas de Accidentes de Tránsito, tal vez la cereza del pastel sea la aprobación de esta ley ciudadana. Se sabrá entonces si nuestros valientes activistas tuvieron un sueño guajiro del que ya nunca querrán despertar.